La soberanía alimentaria es un llamado a la acción, debemos construir autonomía desde todos los espacios, para decidir cómo queremos vivir y alimentarnos. Traerá consigo principios de solidaridad, justicia ambiental, ordenamiento territorial, acceso a recursos, recuperación del agua y protección de un patrimonio biocultural que hemos heredado y el cual es fundamental si pensamos en un contexto de adaptación a la crisis climática, con ello es que debemos construir política desde y para la región de Aysén.